Por: Kta Chaparro – @ktachaparro21
Después de una pausa de dos años para uno de los festivales más importantes de la música latinoamericana, Rock Al Parque vuelve con grandes transformaciones y evoluciones para retornar en la agenda anual musical de la ciudad e Bogotá. A pesar de las críticas que como de costumbre hacen parte de las dinámicas año tras año, se suma una transformación de la manera como convivimos y como se retoman las actividades masivas en cada lugar del mundo.
Después de años de celebraciones en puentes completos de 3 días musicales, además de la movida a la mitad del año. Este año se realiza la versión número 26 retornando al mes de noviembre en una versión de dos fines de semana continuos con una programación enmarcada entre el metal, el rock y sus subgéneros, además de ritmos convergentes y actuales, para muchos “puristas” un cartel que no estuvo acorde con las versiones anteriores. Sin embargo, como fue presentado en el lanzamiento: Esta vez el cartel estuvo compuesto por artistas que han sido importantes y relevantes en las últimas versiones y que han marcado la historia a lo largo de su realización. Para muchos una de las bandas más sonadas fue “1280 almas”, ya que en la versión del año 2008 decidió públicamente declinar las invitaciones del festival para dar paso a artistas nuevos, ya que fue la intención inicial de realización del mismo en el año 95. Este año se incluyeron artistas como Discharge y Desakato se despiden de los escenarios en sus últimas giras como invitados. Uno de los shows memorables de esta versión fue el de Batushka ya que en vivo, en medio de un público moralmente sorprendido, se transformó el Parque Simón Bolivar en una catedral con una misa de 60 minutos un tanto “oscura” y el primer fin de semana concluyó en el plaza con un show sencillo y muy enérgico a cargo de Miranda desde Argentina y aunque no contó con la misma asistencia anual, el solo hecho de volver al parque a “poguear”, llena de vida de nuevo al festival, que se preparaba para el próximo fin de semana.
Para el segundo fin de semana la asistencia aumentó significativamente, hecho beneficioso para las marcas y emprendimientos, un público numeroso que llenó las tres tarimas durante los dos días, teniendo en cuenta que este festival se transformó y que luego del periodo de pausa para todos hemos cambiado de muchas formas: Normalmente y por tradición la gente más adulta asistió de manera permanente con menor cantidad, ya que el porcentaje de nuevas edades aumentó progresivamente durante los cuatro días. Quedan postales importantes en rostros conocidos como “las pijamas” de la Bersuit Vergarabat, Epica con show de fuego y mucha energía. La reaparición de Peste Mutantex y el show lleno de sensualidad de Las Ultrasónicas, ritmos electrónicos cargados de tambores con Afrotronix o Afrolegends, además de reggae y ska con bandas como Asuntos Pendientes, Dafne Marahunta y De Bruces A Mí, o la energía desbordada entre N.O.F.E., Nepentes y Hello Yak, con shows llenos de historia musical como el de Kronos, Masacre, Cristina Ronsenvinge, La Maldita Vecindad y Bajofondo. Sin duda un espacio lleno de mujeres fuertes y poderosas en escena que destacaron en todas sus presentaciones al estilo de Sin Pudor, Crypta, Francisca Valenzuela, Frank’s White Canvas o Ximena Sariñana y sin duda a nivel personal presentaciones favoritas como la de Catupecu Machu, Love of Lesbian y sorpresas musicales que sin duda hacen parte de la curiosidad que despierta un festival que sin duda le apuesta no solo a lo comercial, sino a incentivar la curiosidad que aporta a la formación de públicos locales a nivel local.
En definitiva fue una experiencia diferente, sin embargo: “Diferente” no significa “malo”, un público acostumbrado a los tradicionales Headliners, esperaba nombres más cercanos a los anteriores, pero si se revisa la periodicidad de conciertos pagos que han congregado diversos públicos en el año de la “reactivación” se puede apreciar que el cartel debía salirse de los estándares normales que ya venían en versiones anteriores, esto solo significa que la música es cambiante y que este año se apostó por más diversidad y oportunidades de nuevas formas para un público propio y extranjero que busca en el festival una opción de calidad manteniéndose siempre como uno de los mejores festivales más importantes del continente, que se construye año a año, que evoluciona con el paso el tiempo y de la actualidad en el mercado musical a nivel mundial.